Nuestros lectores viajeros

Amsterdam, la ciudad donde todo está permitido (Yolanda Redondo)

Quién se apunta  al país de la tolerancia, el liberalismo, la diversidad y las “mentes abiertas” de su población?

 Si llegas por el puerto marítimo o tal vez por la Central Station de Amsterdam, tan sólo tendrás que caminar un poquito para llegar a la emblemática Plaza Dam, plaza principal de la ciudad donde se encuentra el famoso museo Madam Tuddaud Scenarama y el monumento de la Liberación Nacional. Su arquitectura no pasa desapercibida, con diques monumentales que contienen la fuerza del agua. Los famosos canales los tenemos también muy cerquita de la plaza donde comenzaremos a ver tiendas de todo tipo;  lo que no consigues en Amsterdam no lo conseguirás en ningún sitio!, y es cierto, nunca hubiera imaginado encontrarme una linterna para mi perro que se acoplaba al collar, sin decir la amplia variedad de sex-shops donde la gente entra libremente y sus objetos están expuestos a la vista de todos. Qué decir también de sus tiendas de chocolates…y de quesos….regresarás cargado a  casa!

El hecho de que se tolere el consumo de drogas blandas en los Coffee –Shops no deja de sorprenderte;  puedes entrar y tomar tan sólo un café u ojear la variada carta de productos que ofrecen, visita obligada aunque tan solo sea a mirar!

Muy cerca también de la Plaza Dam y rodeado de canales comenzaremos a ver las luces rojas que indican nos encontramos en el mítico Barrio Rojo. Yo supongo que se llamará así por los escaparates rojos donde las chicas se exhiben y despiertan la curiosidad de todo el que pasa por ahí.

¿Barco, tranvía o bici? Tú decides, pero la bici es una buena opción para recorrerte la ciudad de 1,5 millones de habitantes, aunque la perspectiva desde el barco tampoco está nada mal.

¡¡¡Amsterdam, una ciudad sin complejos!!!

 

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