Antonio Fraguas es Forges. Así, sin más. Es un hombre de talento. Tiene un sentido del humor a prueba de crisis. Pero sobre todo, es un buen tío. De risa fácil, ideas claras, un centenar de libros publicados, y decenas de miles de seguidores de sus viñetas y sus personajes. Cada mañana en El País publica sus dibujos y provoca la primera sonrisa del día. Le encanta mirar el mar, es un lector empedernido y daría un brazo, o casi, por conseguir que el Athletic de Bilbao ganara una copa alguna vez. Ahora, se entiende. Sus opiniones viajeras son, como no podía ser de otra manera, interesantísimas.
1.- ¿Cuál es su idea de paraíso para pasar unas vacaciones?
– Paraíso, lo que decimos Paraíso…debajo de mi algarrobo de 400 años, mirando al fondo, al Mongó.
2.- ¿Adonde iría ahora mismo si pudiera, y por qué?
– Pues allí, a Alicante ¡Claro!
3.- ¿A qué lugar no volvería nunca, y por qué?
– A todos aquellos con 38º de temperatura y 98% de humedad.
4.- En vacaciones ¿qué es lo que más le apetece hacer?
– Curiosamente leer y luego leer. Bueno, también leer de vez en cuando.
5.- ¿Lugar ideal para pasar un fin de semana?
– Cualquier sitio sin ruidos. Todos los lugares sin ruidos suelen ser mucho más bellos que los sitios ruidosos.
6.- ¿Cuál es su mejor recuerdo de unas vacaciones?
– La humanidad y hospitalidad de los bereberes del Atlas, en Marruecos.
7.- ¿…Y el peor?
– Detenido en la antigua Checoeslovaquia, tras el Telón de Acero, en la frontera, hasta que descubrieron que una pandereta que llevábamos no era un arma. Palabra. A pesar de eso, 300 coronas de multa por “…intento de introducir instrumentos musicales de contrabando”. Cuando volvimos, fui a contárselo al embajador checoeslovaco, en Madrid, me dio toda clase de excusas y me pidió que no lo contara nunca, que quedarían en un ridículo tremendo…pero como no me devolvió las 300 coronas, lo he ‘largado’ aquí y en exclusiva, oiga.
8.- ¿Qué es lo que siempre se lleva de viaje, eso que le resulta de todo punto imprescindible?
– Aparte de libros, algún ‘firloyo internético’ de los varios que hay, para poder mandar los dibujos al periódico.
9.- ¿Qué es lo que más echa de menos cuando está fuera de casa?
– El ruido del helicóptero ése y la suciedad del centro de Madrid.
Parador de Cuenca visto desde una habitación de la Posada de San José.
10.- ¿Cual es su Parador favorito?
– Casi todos, pero por razones personales, diré que el de Cuenca.
La razón personal es que mi padre, funcionario, ‘batalló’ toda su vida administrativa en Turismo, con los monjes paúles del convento de San Pablo, para convencerles de que lo vendieran al Estado para construir en él un Parador. Ya jubilado, enfermo y muy mayor se llevó quizá su última gran alegría: por fin, tras 30 años de tiras y aflojas, se iniciaban las obras del Parador de Cuenca…
11.- ¿Qué es lo que más odia de los viajes?
– Volver y que todo siga igualmente peor.
