“La época en la que hice éste viaje, fue un espacio de tiempo convulso y lleno de cambios e incertidumbres de mi vida. Fue un mes de Febrero.
Unos días antes de volar hacia El Cairo, para trabajar en un documental, firmaba los papeles de mi divorcio, e intentaba encajar las piezas de mi nueva vida. Sin duda Egipto fue un paréntesis en el tiempo que jamás olvidaré y que me proporcionó un soplo de aire fresco en aquellos momentos, eso sí mezclado con polvo del desierto, cielos repletos de estrellas, enclaves excepcionales, y magia, mucha magia en estado puro.
Llegué al aeropuerto del Cairo, en un vuelo nocturno acompañada de parte del equipo de producción. Una vez recogimos el equipaje nos dirigimos afuera donde nos esperaba un microbús encargado de trasladarnos a distintos lugares hasta llegar a nuestro primer destino: El templo de Abu Simbel situado a unos 850 kms de El Cairo, y en las proximidades de la frontera con la Nubia Sudanesa. Un templo de grandísimas dimensiones construido durante el reinado de Ramesés II, el faraón más importante de la XIX Dinastía. La fachada del gran templo está adornada con cuatro inmensos colosos, de más de 20 metros de altura que representan a Rameses II, como curiosidad contaros que todo el conjunto del templo fue trasladado a unos doscientos metros de distancia del lugar originario para evitar que quedara sepultado bajo las aguas del lago Nasser, fue una campaña patrocinada por la Unesco y para realizarla fue necesario seccionar el templo en más de 1000 bloques, los cuales pesaban más de 30 toneladas. Cuatro años fueron necesarios para llevar a cabo ésta delicada operación.
!Parece increíble cuando estás delante de él que haya sido cambiado de sitio!
Nuestro siguiente destino era Aswan y el templo de Isis en la isla de Philae, dominada por el templo de Isis, Hathor, Arsenufis y Arendote. Todos éstos monumentos tambien fueron salvados (desmontados y trasladados) a la vecina isla de Agilkia cuando se construyó la presa de Aswan ya que de otro modo hubieran quedado completamente sumergidos bajo las aguas.
Recuerdo las vistas desde la habitación del hotel del majestuoso Nilo, flanqueado por una estrecha y espesa franja de vegetación y pocos metros más allá comenzaba la aridez del desierto, desde el aire, la imagen es aún más espectacular si cabe, ya que puedes apreciar en todo su esplendor la vida que proporciona ese mágico río que atraviesa Egipto, he de decir que tuve ocasión de contemplarlo desde un globo y aterrizar en medio del desierto dónde surgidos de la nada unos niños se acercaron a pedirnos unas cuantas monedas!!
Luxor y el Templo de Karnak, fueron las siguientes paradas del viaje.
Este templo es uno de los mas grandiosos de la arquitectura del antiguo Egipto, destacar la impresionante avenida de esfinges con cabeza de carnero (uno de los animales consagrados al dios Amón) a través del cual se accede hoy al templo construido para venerar a éste dios.
Por último Las Pirámides de Giza en El Cairo, “la última maravilla del mundo antiguo.” Tres grandes pirámides construidas por los faraones de la IV dinastía Quéope, Quefrén y Micerino envueltas en un halo mágico lleno de misterio y unidas a la imagen de miles de esclavos que, azotados por crueles vigilantes trabajaban para satisfacer la desmesurada ambición de un perverso faraón.
Todo en ellas es un misterio acerca de las técnicas que se utilizaron para construirlas, aunque existen muchas teorías de egiptólogos y arquitectos sobre la construcción de éstos grandes monumentos.
Podría seguir compartiendo con vosotros tantas cosas de éste emocionante viaje, pero creo que ya me he pasado de 10 líneas….. Sólo deciros que viajar a éste país es algo memorable, que nunca olvidareis, ah! Y que tengáis cuidado con el tráfico en El Cairo, es una jungla de asfalto, donde apenas existen las rotondas y semáforos!!! y los taxistas son auténticos camicazes en vehículos de los cuales se desconoce de qué fecha datan, pero que sorprendentemente funcionan!!
Un beso viajeros! “
