Cierto. Se inclina, pero tanto como peligrosamente, no, aunque los ingleses lo crean así. Con gran sorpresa han recibido los británicos la noticia de que la famosa torre del reloj más famoso del mundo, el Big Ben, se inclina, no peligrosamente aún, pero se inclina. De momento está desplazada hacia el lado noroeste casi medio metro, 435 milímetros exactamente. De caerse, aplastaría los despachos de los parlamentarios instalados en Portcullis House.
Pero que no cunda la alarma. La torre construida en 1853 no se caerá. Al menos de momento. Los aparcamientos construidos bajo el edificio y las obras del metro han favorecido la inclinación de la famosa torre que ya en 2003 sufrió una desviación de 3,3 milímetros, aunque la que los expertos esperan es de unos 0,9 milímetros anuales.
Dramatizando la situación, y a este ritmo de inclinación la torre del Big Ben tardaría unos 4.000 años en alcanzar la i de la Torre de Pisa. Así que, de momento, tranquilidad.
De momento, lo que ha conseguido esta noticia es que la afluencia de turistas tratando de comprobar la anunciada inclinación de la torre, aumente cada día. No hay mal que por bien no venga. Los turistas han aumentado considerablemente desde que se hizo pública la deficiencia de la torre más famosa del mundo.
