Esta primavera ha hecho florecer la Caldera de Bandama pero no sólo en su naturaleza sino también en su infraestructura. El Patronato de Turismo de Gran Canaria ha abierto una oficina de información en la Casa Mirador que se encuentra en este espacio natural, como un servicio más a la media de 17.000 turistas que mensualmente visitan la zona.
Esta Casa Mirador de Bandama, cerrada desde 1999, acaba de recuperar todo su encanto, como complemento perfecto a uno de los lugares más emblemáticos y curiosos de la isla de Gran Canaria, donde se hace patente el proceso volcánico que originó este Archipiélago en su conjunto.
De estilo neocanario, obra del arquitecto Fermín Suárez Valido, la Casa Mirador de Bandama acoge una oficina de información dependiente del Patronato de Turismo de Gran Canaria, con un horario de atención al público de 9.30 horas de la mañana a 16.30 h, los día laborables y con un cierre a las 17.00 h los sábados y domingos.
La institución insular ha invertido 100.000 euros en la recuperación de esta Casa Mirador, bajo la dirección del despacho de arquitectos Sara Sarmiento y es una de las pocas infraestructuras en Gran Canaria que el Estado ha cedido al Cabildo a partir de 2012.
El principal objetivo que tiene esta inversión es aumentar y facilitar la llegada de turistas a este enclave natural, que actualmente ronda los 200.000 al año. Los informadores también harán referencia al búnker que se ha encontrado en el sótano de estas instalaciones, que se ha recreado como la defensa militar que existió durante los años de la II Guerra Mundial.
La Caldera de Bandama se localiza en el espacio de Bandama, entre los municipios de Santa Brígida, Las Palmas de Gran Canaria y Telde. Se puede acceder al Pico de Bandama por carretera, que dispone de transporte público regular. La bajada al interior de la caldera se realiza a pie, por una corta pendiente que puede resultar algo resbaladiza, por lo que se recomienda ir con calzado adecuado para caminar sobre terreno volcánico. También existe un sendero que recorre sus bordes superiores.
Este espacio se formó durante más de 9 millones de años, hasta hace aproximadamente 5.000 años, donde comenzaron los últimos procesos volcánicos que dieron lugar a la caldera y el Volcán Pico de Bandama. Este espacio está constituido por formas suaves como lomos, tabladas, rellanos y valles de vertientes tendidas, y donde las elevaciones son fruto de los volcanes de su último ciclo eruptivo.
Esta caldera de explosión tiene unos 216 metros de profundidad y un diámetro de unos mil metros. Está situada a unos 570 metros de altitud, y es una de las calderas de explosión más grandes de Canarias. El Pico y la Caldera de Bandama constituyen un conjunto de gran valor científico habiendo sido declarados por el Instituto Tecnológico Geominero de España como Punto de Interés Geológico.
Un búnker, en su sótano
La recuperación de este Mirador también ha logrado rescatar un búnker, de uso militar, en su sótano. Según los trabajos llevados a cabo por la empresa Patrimonia Arqueololgía S.L. que recibió el encargo por parte del Patronato de Turismo de Gran Canaria de investigar y explicar el uso para el que fue construido, su historia se remonta a los años de la II Guerra Mundial.
En los planes de ataque y defensa del archipiélago, Gran Canaria ocuparía un lugar importante dado los atractivos estratégicos que presentaba tras una eventual ocupación por el enemigo. Esta isla era la única que tenía un puerto de cierta envergadura desde el que se pudiera operar, además de un aeródromo y unas infraestructuras portuarias y militares muy completas”, explican estos investigadores, a la hora de reseñar su contexto histórico.
La estructura que encontramos en Bandama tiene dos niveles claramente diferenciadas, una sobre otra, y conectadas entre si por un túnel vertical. La parte superior es el mirador y oficina de turismo, al que se le han incorporado grandes ventanales rectangulares que favorecen la observación del horizonte. Bajo el mirador existe un pequeño espacio, búnker, ideado como refugio y lugar donde poder instalar aparatos de radio y comunicaciones de ser necesario. Desde este búnker, además del túnel vertical, también se puede salir del mismo a un lateral de la montaña por un pasillo en zigzag.
Dentro del plan estratégico de defensa de la isla, Bandama pasa a formar parte del sistema de observación, principalmente aérea. Representa el único ejemplo conocido donde una posición militar se ocultó mediante la construcción de una obra civil, en este caso el mirador y oficina de turismo.
El estudio y trabajos en su interior han sido realizados usando el procedimientos de tipo arqueológico, dentro del Archaeological Pilgrim Project y gracias al apoyo del Patronato de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, proyecto pionero en Canarias que usa la arqueología para aproximarse al Patrimonio Militar, ponerlo en uso y ofertarlo al sector turístico. Parte de este trabajo fue también la recreación de una atmósfera interior del búnker que transmita la sensación de estar en una instalación militar de los años ‘40. Para ello, no solo se estudió y preservó parte del sistema eléctrico original.
