Mesa para dos / Pueblos con sabor

Granada: De los postres monjiles a las frutas tropicales

Los piononos de Santafé son famosos en el mundo entero Y deliciosos.

Los piononos de Santafé son famosos en el mundo entero Y deliciosos.

Hay en Granada y su provincia una tradición dulcera que viene de siglos atrás, nacida en la cocina morisca y recreada en los muchos conventos de monjas que fundaron los reyes cristianos. La lista de dulces exquisitos seria interminable pero si tienen oportunidad, acérquense a los tornos de los viejos conventos y compren los «huevos mol» de San Antón, Las bizcochadas del convento de Zafra o los almíbares de las Comendadoras de Santiago.

Al salir de la capital pueden viajar por toda la provincia probando en cada pueblo la especialidad dulcera de tradición morisca o invento cristiano. El muestrario es largo, sabroso y variado. Lean y recuerden estos nombres:

Los piononos de esta pastelería disfrutan de un bien merecido prestigio.

Los piononos de esta pastelería disfrutan de un bien merecido prestigio.

Piononos de Santafé, pestiños de Vélez de Benaldalla, roscos de Loja, tocinos de cielo de Guadix, tarta real de Motril, cuajados de Ugijar, bolos de manteca de Montefrío, pan de higo de Turón, suspiros de Cadiar, crespillos de Galera, soplillos en casi todos los pueblos de la Alpujarra.

Un buen libro para adentrarse en la riqueza reportera de Granada.

Un buen libro para adentrarse en la riqueza repostera de Granada.

Pero no todo son dulces. Desde hace décadas la gastronomía granadina renace con productos y recetas inéditas gracias a los frutos nacidos en la Costa Tropical cuyo cultivo y consumo se ha generalizado hasta convertirse en algo clásico. Vaya pues, otra lista no menos sabrosa que la anterior:

  • Las chirimoyas de carne blanca y cremosa bajo su piel verde recamada.
  • Los aguacates de suave y estimulante sabor
  • La digestiva y fresca papaya
  • Las guayaba dulce y tropicalísima
  • El níspero con su peculiar sabor entre pera y melocotón
  • Los higos chumbos que se compran en la calle despojados por hábiles manos de sus finos pinchos

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Y como es lógico no podíamos olvidarnos de algunos de los más clásicos platos de la gastronomía provincial. Las migas con «engañifa» de Cadiar, el «arroz a la liberal» de Ugijar, la «lata» de Huéscar, el «potaje con hinojos» de Lecrin, el choto al ajillo y los productos del cerdo de casi todas partes.

Un clásico entre los clásicos es el «jamón con habas» producto del afortunado enlace entre las verdes y jugosas habas de la tierra con el dulce y serrano jamón de Trevélez, curado allá en las altas cumbres de Sierra Nevada.

Dice el catedrático Antonio Gallego Morell al escribir sobre el más típico de los platos granadinos, que a los turistas les brilla en los ojos un olé y un repiqueteo de castañuelas cuando descubren en la carta de un restaurante la «tortilla de Sacromonte». Pero los turistas se equivocan porque no se trata del Sacromonte gitano y flamenco sino del serio y estudioso de la Abadía del mismo nombre. Y recuerda el ex-rector de la Universidad que la auténtica tortilla del Sacromontre es un producto con dedo y medio de espesor y solo tres ingredientes: huevos, criadillas y sesos. Un «invento» gastronómico de pobres que hoy comen los ricos.

 

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