Sigaour Hiartson, hombre educado, correcto y muy ilustrado, profesor e historiador, es el artífice y creador de este extraño museo, cuya popularidad en Islandia es muy grande. Ya desde pequeño sentía una cierta atracción por los penes de los animales. De hecho, sus vecinos le recuerdan con un pene de toro que utilizaba como látigo en sus juegos infantiles.
Falos de ballena
Acostumbraba a visitar mataderos y fábricas de despieces de animales, para pedirles muestras de los penes de los animales. Un día decidió que su colección podría interesar al público y abrió su primera exposición en 1997, que más tarde se convertiría en museo.
El público llenaba a diario el museo, con lo que fue ampliándolo poco a poco. Denominó su museo Phallological Museum, o Museo del Falo. Allí hay penes de todo tipo de animales y de todos los tamaños. El más pequeño corresponde al de un hámster y mide solamente 2 mm. El más grande, sin embargo, es de un cachalote y sobrepasa el 1,70 metros de largo y pesa 70 kilos. Seguramente es la pieza más admirada de la exposición y la que más comentarios sugiere.
A la entrada del museo, un enorme pene de madera avisa a los turistas y visitantes donde se encuentra tan extraño lugar.
La más reciente incorporación a la faloteca de más de 200 ejemplares del museo, es el pene de un ser humano, de nombre Arason, al que se le amputó su miembro nada más morir.
