De Parador en Parador

Parador de Gredos, el primero de la red

El primer Parador de la red. Fue mandado construir en el Alto del Risquillo en 1928 por el entonces Comisario regio de Turismo, el Marqués de la Vega-Inclán, e inaugurado por el mismo Rey Alfonso XIII, uno de sus huéspedes ilustres que se sirvió repetidamente del mismo para satisfacer sus deseos como cazador por aquellos entornos, a la altura de 1.650 metros en plena Sierra de Gredos. Está varias veces reformado convenientemente con decoración en la que abundan escenas cinegéticas, trofeos y grabados de animales.

Es de notar que en el conocido como Salón Viejo, se conservan con pulcritud, estima y esmero el artesonado y los muebles de la época en la que fue construido. Es de notar asimismo, y como soberano recuerdo de un hecho ciertamente histórico, que precisamente aquí –en el Salón del Silencio- se reunieron los “Padres de la Patria” Gregorio Peces Barba, Manuel Fraga, Miguel Roca y Jordi Solé Tura para estudiar y redactar la Constitución española que todavía rige en España, después de la muerte de Franco. De entre sus habitaciones destaca la suite, de la que hay referencia que albergó a visitantes ilustres, la mayoría de ellos amantes del deporte de la caza.

A estas escarpadas montañas, que fueron y son descubiertas o redescubiertas y conocidas, precisamente gracias a la existencia de este Parador, don Miguel de Unamuno llamó “Santa Montaña, roca desnuda, corazón de España”. Ocupa el centro de la Cordillera Central, siendo su punto más alto el Pico Almanzor que ronda los 2.700 m. Otras cumbres tienen nombres tan altos y sublimes como El Morezón, Las Navajas y el Circo de Gredos…

Toda la zona es reserva ecológica de primer orden y en la sierra abundan los pinares y los robledales, además de diversidad de especies de animales, entre los que merecen atención muy particular la “capra hispánica”, el buitre negro y el águila real. Algunas de estas especies han desaparecido ya de otras zonas de España en las que otrora tenían también su hábitats.

Pero, además de caza, la pesca ofrece posibilidades muy notables, con jugoso y limpio recuerdo para los ejemplares de truchas que se crían al natural en el Tormes, que nace a orillas del mismo Parador. El disfrute de los parajes, la visita a los pueblos, la conversación con sus lugareños, la contemplación de sus lagunas, los paseos a caballo, el senderismo, la gastronomía… son referencias únicas en España.

Es forzoso recordar nombres de pueblos cercanos hacia los que dirigir la atención y los pasos para disfrutar e interpretar en plenitud la naturaleza engarzada en el paisaje y a la vez integrada en quienes la habitan… De entre tales pueblos citamos Navarredonda de Gredos en cuyo término municipal se ubica el Parador, Arenas de San Pedro y sus Cuevas del Cerro del Águila, el Barco de Ávila, Mombeltrán, el Valle del Tiétar, el Valle del Tormes, Hoyo del Espino…