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París, siempre París (Ana María Díaz)

El Museo del Louvre, con su colección de Egipto, y además de otras muchísimas obras de arte, una buena colección de pinturas de Goya.

París en agosto es ideal ya que el clima es agradable, aunque variable. Muy hermoso el museo Louvre con su colección de Egipto. Lo mejor es sacar la entrada con antelación en el Fnac y aprovechar para ir a verlo los días que cierran más tarde sin esperar colas.

 

En Casa de mi hermana, en Montparnasse. No importaba subir los cinco pisos, sin ascensor. Después de tanto caminar por las calle de París, eso no era nada ya.

Además, se puede salir del museo para ir a comer a algún restaurante de la zona un menú francés delicioso y ligero, y volver a entrar al museo para seguir viendo la colección. Hay colas siempre por lo que conviene salir temprano para aprovechar el día. Yo me instalé en Montmartre, porque mi hermana vive allí.

 

Llegamos a Montmartre, después de una gran subida y cotemplamos las maravillosas vistas del corazón de París, la torre Eiffel a lo lejos, la iglesia...

Me encantó la zona, y subir hasta el mirador donde se veía el centro de París, la torre Eiffel, el Moulin Rouge, y la iglesia es hermosísima, y ver el ambiente de artistas músicos y pintores y escultores, y los pequeños restaurantes del barrio, a tope por todas partes, pero muy interesante.

 

En el cementerio de Montparnasse, buscando la tumba de Baudelaire, apareció la de nuestro escultor zamorano Baltasar Lobo. Qué hermosa sorpresa...

El otro barrio de París, Montparnasse, está justamente en la otra punta, me encantó. Tiene muchísimas creperies por todos lados y el cementerio donde buscando la lápida de Baudelaire, tropezamos con la de Baltasar Lobo.

 

No pueden faltar unas crêpes con buena compañía en una mesita de la calle en Montparnasse.

Recomendable el desayuno completo de Le Nemours en la plaza de la Comedie, sitio ideal para hacer un alto y descansar.

 

Desayuno completo en Le Nemours, en la Plaza de la Comedie Française, sitio ideal para hacer un alto en la jornada, desayunar, comer o cenar.

Es posible también ir al cine de la plaza de Clichy donde se pueden ver las películas de estreno antes que en Madrid, como la última de Almodóvar, la piel que habito. Una maravilla la casa museo de Rodin, con cientos de esculturas de él y de su mujer Camille Claudel.

 

Una tarde, en la otra punta de la ciudad, en Montparnasse, otro lugar bohemio y realmente maravilloso, donde se respira libertad y belleza.

Preciosa la zona donde se ubica la casa museo de Delacroix. En esta última, llevé mi entrada del museo Louvre y pude entrar a hacer la visita.

 

Qué sorpresa entrar en la casa museo de Delacroix, visitarla y sentarme en su jardín, como si se tratara de mi propia casa. Y en el mismo centro de París.

En París caminé muchísimo, menos mal que llevaba zapatos cómodos. Un lugar para hacer un alto y descansar son los jardines de Luxemburgo.

 

El Palacio de Luxemburgo, lugar perfecto para hacer un alto en el camino, descalzarse, sentarse y descansar tras una jornada de paseos y más paseos.

Para disfrutar de la naturaleza ordenada e inmensa, de árboles gigantes y de verde, y oxigenado entorno, una escapada tomando el autobús desde Opera hasta el parque de Saint Cloud.. Está muy lejos, pero merece la pena llegar hasta allí y dar un largo paseo.

 

Una escapada al parque de Saint Claud en autobús, directo desde Opera, atravesando gran parte de la ciudad. Al llegar, mil y un lugares para disfrutar de relajantes paseos.

Es muy seguro y tranquilo. Camino de vuelta al centro de París, las vistas desde el autobús de las calles y edificios es realmente impresionante. A las orillas del Sena, los amantes de la literatura francesa encontrarían todo lo que desearan en alguno de esas casetas de libros con unos precios muy asequibles.

 

A orillas del Sena, líneas de quioscos con libros de ocasión, nuevos y antiguos, casi todos en francés. Un lugar muy entretenido y curioso para los amantes de la literatura.

Ana María Díaz

 

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