París en agosto es ideal ya que el clima es agradable, aunque variable. Muy hermoso el museo Louvre con su colección de Egipto. Lo mejor es sacar la entrada con antelación en el Fnac y aprovechar para ir a verlo los días que cierran más tarde sin esperar colas.
Además, se puede salir del museo para ir a comer a algún restaurante de la zona un menú francés delicioso y ligero, y volver a entrar al museo para seguir viendo la colección. Hay colas siempre por lo que conviene salir temprano para aprovechar el día. Yo me instalé en Montmartre, porque mi hermana vive allí.
Me encantó la zona, y subir hasta el mirador donde se veía el centro de París, la torre Eiffel, el Moulin Rouge, y la iglesia es hermosísima, y ver el ambiente de artistas músicos y pintores y escultores, y los pequeños restaurantes del barrio, a tope por todas partes, pero muy interesante.
El otro barrio de París, Montparnasse, está justamente en la otra punta, me encantó. Tiene muchísimas creperies por todos lados y el cementerio donde buscando la lápida de Baudelaire, tropezamos con la de Baltasar Lobo.
Recomendable el desayuno completo de Le Nemours en la plaza de la Comedie, sitio ideal para hacer un alto y descansar.
Es posible también ir al cine de la plaza de Clichy donde se pueden ver las películas de estreno antes que en Madrid, como la última de Almodóvar, la piel que habito. Una maravilla la casa museo de Rodin, con cientos de esculturas de él y de su mujer Camille Claudel.
Preciosa la zona donde se ubica la casa museo de Delacroix. En esta última, llevé mi entrada del museo Louvre y pude entrar a hacer la visita.
En París caminé muchísimo, menos mal que llevaba zapatos cómodos. Un lugar para hacer un alto y descansar son los jardines de Luxemburgo.
Para disfrutar de la naturaleza ordenada e inmensa, de árboles gigantes y de verde, y oxigenado entorno, una escapada tomando el autobús desde Opera hasta el parque de Saint Cloud.. Está muy lejos, pero merece la pena llegar hasta allí y dar un largo paseo.
Es muy seguro y tranquilo. Camino de vuelta al centro de París, las vistas desde el autobús de las calles y edificios es realmente impresionante. A las orillas del Sena, los amantes de la literatura francesa encontrarían todo lo que desearan en alguno de esas casetas de libros con unos precios muy asequibles.
Ana María Díaz