Hay que vivirla. La Semana Santa en la ciudad de Teruel, declarada de Interés Turístico Nacional es una de las más emblemáticas de España junto a las rutas del Tambor y del Bombo en el bajo Aragón, con sus espectaculares rompidas, el jueves en Hijar y el viernes en Calanda. No te pierdas celebrar los ritos de la Semana Santa. Tradición y fe se mezclan con desfiles y oraciones hasta crear un ambiente de fervor en ninguna parte conocido. El culmen de estas celebraciones es la famosa Rompida de la Hora, que se hace a mediodía en cada Viernes Santo, y en el que un personaje público participa junto al alcalde del rito de romper la hora. La guardia romana compuesta por jóvenes que ese año cumplen los 18 montan vigilancia hasta la medianoche.
Los tambores como protagonista de la Semana Santa de Híjar (Foto cortesía del Ayto. de Híjar)
A las 3 de la tarde comienza la popular Procesión del Pregón, que tiene como protagonistas a los tamborileros y al anochecer tiene lugar la Procesión de la Soledad, en la que participan las distintas cofradías El Sábado Santo la Procesión del Entierro llena de seriedad el ambiente y finalmente, el Domingo se celebra la misa de Resurrección. Las cofradías, increíbles obras de imagineria son obras de arte en movimiento, algunas de ellas han sido fundadas en el siglo XVII y todas ellas incluye todos los estadios que acostumbra realizar la iglesia católica: la entrada de Cristo en Jerusalén, el via crucis al Calvario, la representación de la Última Cena, las procesiones y los redobles en espacios verdes, la celebración de la misa de Resurrección.
La Semana Santa de Hñijar es conocida en toda España. (Foto cortesía del Ayto. de Híjar)
Las procesiones ponen de manifiesto el espíritu religioso que se manifiesta en cada suspiro, la fe mueve los pasos y cualquiera que esté allí siente la necesidad de participar en estos eventos religiosos y contemplar y vivir esta experiencia cargada de significado. La mujer tiene un papel especial en esta Semana Santa, caracterizada precisamente por las procesiones mas anecdóticas. Los mas curiosos son La Dolorosa compuesta solamente de mujeres, que se visten de negro recordando el dolor de la Virgen ante la muerte de su Hijo o la de la Magdalena que representa únicamente a las mujeres casadas.
El jueves hay que marchar a ver La Semana Santa de Híjar, uno de los pueblos fundadores de la Ruta del Tambor y el Bombo. El Año 1.519 Luís Fernández de Heredía, IV Duque de Híjar, encargo a la Orden de los Franciscos la organización de la Semana Santa. Peanas a hombros, la Banda de Alabrderos y los Rosarieros con sus cantos acompañados de interminables filas de tambores y bombos dan a la Semana Santa, si cabe, mayor solemnidad.
Desde la noche del Jueves Santo, en la que se rompe la hora, hasta el sábado por la tarde cuando termina la procesión de la subida de imágenes al Calvario, el sonido de tambores y bombos no deja de escucharse por las calles y plazas del pueblo.
Casi toda la población participa en los actos procesionales de Híjar. (Foto cortesía del Ayto. de Híjar)
La tradición hijarana que marca la diferencia con respecto al resto de lugares en donde se toca el tambor, es sin duda alguna el momento de Romper la Hora. La tradición que se remonta al siglo XVI en el que los antiguos hijaranos rompían la hora en el cabezo de la cruz. La plaza porticada que acoge dicho acontecimiento. El momento mágico de la media noche, con la luna llena sobre el cielo hijarano. Miles de túnicas negras, portando tambores y bombos. Todos estos elementos se conjuran en un instante único e irrepetible, de tensión contenida, de atávico misticismo, que hacen de ese momento una experiencia casi mística.
El tambor, los tambores, son protagonistas absolutos de la Semana Santa en Calanda. (Foto cortesía del Ayto. de Calanda)
Los sonidos de los pueblos que integran la Ruta del Tambor y el Bombo son la voz de una comarca que al unísono gritan su fe y que comenzaron a conocerse gracias a la labor del cineasta y escritor Luis Buñuel.
Nos permiten entrar y de inmediato ser cautivos de su sonido, Meterse dentro de esta celebración, coger un tambor sumarse a cualquier cuadrilla, es la mejor forma de entenderlo. También queda el placer de contemplar desde fuera un rito único y unos sonidos tan penetrantes como inolvidables.
Los tambores y bombos de la Tierra Baja turolense imprimen su firma cultural en música y sonido, transmitiendo emoción como sello de identidad.
Las procesiones de Calanda constituyen un reclamo turístico de primer orden. (Foto cortesía del Ayto. de Calanda)
El viernes en Calanda es tradición, el origen de su tradición se remonta a la conmemoración por estas fechas del redoble de un pastor que alertó de un ataque árabe.
Los atuendos de Calanda son túnica y tercerol morado; bombo y tambor. La peculiaridad que le distingue de entre todos los pueblos de “La Ruta” es el momento escogido para “Romper la Hora”. Es el único pueblo que lo hace en el medio día del Viernes Santo. Horas antes, en la noche del Jueves, los tamborileros en Vía Crucis han subido a Cristo por las cuestas del Calvario.
En las primeras horas de la tarde saldrá la procesión de “el Pregón”, la más impresionante. Familias enteras desfilan redoblando el toque tradicional para esta ocasión. La procesión y los redobles se detienen al sonar el toque de atención de las cornetas, y en medio del silencio el pregonero proclama la muerte de Cristo.
Al atardecer, en la procesión de La Soledad desfilan ocho de las nueve cofradías de la localidad: Jesús Entrando en Jerusalén, San Pedro, Santo Ángel, María Magdalena, El Nazareno, El Encuentro, El Cristo Crucificado y La Dolorosa, además de personajes bíblicos representados por Hebreas y Sivilas y las Penitentas, con la cara cubierta y los pies descalzos. Acompaña a la Virgen de los Dolores la Guardía Romana, llamada en Calanda Putuntunes con Longinos al frente, que viste una anacrónica armadura medieval.
El tambor sale al encuentro del visitante en cualquier esquina. (Foto cortesía del Ayto. de Calanda)
La procesión del Entierro es el Sábado Santo por la mañana. Tambores y bombos preceden a las cofradías, inclyendo la Cofradía del Santísimo Sacramento, que porta el Sepulcro de cristal con el cuerpo de Cristo acompañado por la Banda de Música interpretando la marcha del Monón. Cuando éste llega a la Plaza de España, tiene lugar el Auto Sacramental del Sellado del Sepulcro, en el que Longinos y el Capitan de los Putuntunes se baten a espada en una lucha simbólica al ver que el cuerpo de Cristo ha desaparecido, ha resucitado. A partir de ese momento, los tambores sonarán hasta las 2 de la tarde.
A las dos menos cuarto de la tarde, los tambores callan en recuerdo de Mosén Vicente Allanegui y todos los calandinos difuntos y a continuación, interpretan al únisono la Marcha Palillera hasta las dos en punto, momento en que las cornetas silencian a los tambores hasta el próximo año.
Y el año que viene aquí estaremos para revivir estos momentos de pasión que solo puede sentir y entender el que aquí ha estado y el que aquí ha oído.
José María Iñigo
