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La España de la Alta Velocidad: Introducción

La historia de la «Alta Velocidad en España» es bastante reciente. Exactamente se inició el día 11 de octubre del año 1986 cuando el Gobierno en su Consejo de Ministros decidió construir una línea de Alta Velocidad que uniera Madrid con Sevilla y viceversa. Transcurridos cinco años, el día 21 de abril de 1992, y con ocasión de los acontecimientos rememoradores de la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento y de la inauguración de la «Expo 92», la nueva línea del AVE y su servicio iniciaron su marcha.

         Con su puesta a punto comenzó en España una forma nueva de viajar y de utilización del tren. Como un nuevo estilo de desplazamientos que en parte hasta respondía a una forma de ser, de pensar y de vivir bastante distinta.

         Con la puesta a punto del AVE, España se integró madrugadoramente en el club de usuarios de la Alta Velocidad Internacional constituido entonces sólo por estos países: Japón, Francia y Alemania. Parecía inalcanzable e irrealizable que Sevilla pudiera ponerse a tan sólo dos horas y cuarto de distancia de Madrid y mereciendo entre los usuarios una nota de aceptación y reconocimiento de calidad de un 9,2 sobre un total de diez puntos. Los muchos millones de clientes que ya han hecho uso de este servicio ferroviario proclaman la bondad y categoría del sistema casi con unanimidad.

         Esto explica que en las más diversas Comunidades Autónomas de España se acreciente el deseo de disfrutar de un medio de transporte integrado en la «España de la Alta Velocidad», estando ya muy avanzados en algunas de ellos los planes y proyectos para un futuro, próximo o no muy lejano, aunque la crisis ha parado de golpe los deseos y aspiraciones de todos ellos.

Quien iba a decirnos hace unas décadas que el tren llegaría a ser con el tiempo un referente de comodidad y puntualidad. Pues hoy lo es. El AVE es un magnífico ejemplo de que los tiempos están cambiando en el transporte. O mejor dicho. Ya han cambiado. Aquellos viejos trenes, aquellas vetustas estaciones son hoy solamente un recuerdo. (Foto: E.Vizmanos.)

 

Y es que la Alta Velocidad mira, lleva y conduce con todos los requisitos imaginables a la alta calidad de vida. Mira, lleva y conduce al desarrollo integral de la misma. Los negocios, el comercio, la industria, el turismo, el ocio, se echan a correr en el AVE, con la seguridad de alcanzar la meta con puntualidad y rigor y sin temor alguno a perder el tren de la historia. El AVE hace llegar cuanto antes a su destino a los habitantes de aquellas regiones, ciudades, comarcas o Comunidades Autónomas por las que transita o a las que sirve. El AVE es el instrumento de desarrollo más asequible y directo en cualquier programación colectiva de crecimiento y progreso.

                  Nosotros nos adelantamos en tal menester y necesidad y a ello responde la publicación de este libro. En él presentamos una amplia, original, documentada y sugerente guía turística que les sirva a los usuarios de la Alta Velocidad en España, tanto de dentro como fuera de nuestras fronteras, de mentor, lazarillo y espolique en el descubrimiento de una buena parte del tesoro artístico-cultural, gastronómico y festivo que configura la oferta turística de las ciudades a las que sirve el AVE hasta el momento presente en España.

         Para ello, y partiendo de Madrid, capital de España, hemos redactado la guía con la fórmula más tradicional y al uso del «Madrid de los Austrias» y del «Madrid de los Borbones», añadiendo además otros argumentos que completan la oferta del turismo madrileño. Las poblaciones de Ciudad Real, Puertollano, Córdoba, Sevilla, Málaga, Cádiz y Huelva aparecen en nuestra guía de la «España de la Alta Velocidad» con mención para sus más representativas razones turísticas. Hay que resaltar también que, como la Alta Velocidad tiene un radio benefactor de acción, que se extiende indirectamente hasta poblaciones cercanas a las que directamente sirve, también reseñamos y sugerimos aquellos atractivos que definen a determinadas poblaciones y lugares con carácter eminentemente turístico.

Tan sólo nos resta desearles a los usuarios de la Alta Velocidad en España y a los lectores de www.ganasdeviajar.com que el descubrimiento o redescubrimiento de esta parte de España desde un medio de transporte de tan alta calidad les anticipe la dicha y el disfrute de programaciones turísticas definidas asimismo por la calidad y la cultura. Para ello no escatimamos ningún tipo de información cualificada relacionada con la actividad turística. 

(Continuará)

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