Uno de mis sueños de la infancia se cumplió, por fin, en el pasado mes de Octubre.Viajar a Tailandia.
Volando en un pequeño avión desde Bangladesh por fin iba a ver el mar de nuevo, y no solo eso, me pareció aterrizar en el cielo…
Antes de adentrarme en la macro ciudad de Bangkok decidí darme una vuelta por el país en bus y mi primera parada fue en Hua Hin, un pequeño pueblo, más bien una larga calle al borde del mar donde aparte de las paradisiacas playas de arena súper blanca, como harina, es famoso por su Night Market, mercado nocturno, en un gran centro comercial donde pude degustar una de las especialidades de Tailandia, su pescado.
Lo sirven en la calle, pescado mezclado con verduras y la siempre presente salsa picante a la que me tuve que acostumbrar durante los 7 días.
En la foto el Tuk Tuk, una motocarro que actá de taxi urbano, que te pasea por todo Tailandia si alquilar moto no es lo tuyo. Se mueven con incomprensible habilidad en el espantoso tráfico de la capital tailandesa.
Siguiente parada Ko Samui, una preciosa isla a 600 km de Hua Hin hacia el sur, y acerté al elegirlo como lugar de relax, maravillosa isla, verde como todo Tailandia, playas de ensueño, resorts a buen precio , por supuesto gran oferta de masajes cada dos pasos, la eterna sonrisa de los Thai, su hospitalidad gratuita y naturaleza salvaje…
Una de las ventajas de Tailandia es lo relativamente barato que es todo, comer, taxis, buses, hoteles, muy asequible para todos los bolsillos.
Ultimo destino,cómo no,Bangkok, macro ciudad donde las haya, 10.500.000 habitantes, donde se respira el budismo en sus gentes, en la misma calle, en los templos…
Bangkok ofrece todo lo que necesites, que quieres ir de shopping pues hay oferta para todos los bolsillos y os aseguro que encontrarás prendas únicas, originales con ese toque que caracteriza a las guapas y sexis tailandesas que a tantos enamoran….
La comida es riquísima, creo es el único lugar donde no he tenido ningún reparo en comer en la calle. Visitar los templos es tarea obligada. Wat Poo fue mi preferido, así como el gran Buddha acostado o el Grand Palace.
Masajes, vida nocturna, arte, mercados, centros comerciales, sonrisas, vida.
¡Tailandia, sueño cumplido!
